Scala News

domingo, 10 de noviembre de 2019

Unos pocos


Con la sensación cívica del deber cumplido tras haber votado esta mañana, fuimos como cada domingo a misa de 12:00h al Santuario del Perpetuo Socorro de Madrid. Sí, en efecto, lo de las elecciones está empezando a convertirse en un hábito…

Todo apuntaba a que el día de hoy iba a ser un domingo más. Inicio de semana en comunidad y alrededor del altar. Ya eso es mucho, no nos engañemos.

Presidía el párroco, el P Damián Cubillo CSsR, y a su lado un paisanuco mío que desde este curso integra la Comunidad de PS, Javier Arenal Pardo CSsR. Javier se hace cargo de la Pastoral de los más pequeños de esta gran #Familia

Confieso que le conozco poco,muy poco pero, qué queréis que os diga, es que es Redentorista y además es de Santander. Porque es Redentorista y porque es de Santander viajamos en su día toda la familia a mi ciudad natal para acudir a su profesión en la parroquia del Alto de Miranda. Fue un día de compromiso y alegría. Cuando llegó a PS quise simplemente abrazarle para decirle que entre nosotros cuatro tenía su hueco. A partir de ahí, nos hemos acostumbrado a ir viéndole cada domingo, siempre discreto y siempre sonriente.

Sin embargo, no ha sido hasta este domingo, cuando yo le he descubierto. Y el descubrimiento ha sido como un aldabonazo de fe, de sensatez, de alegría. He descubierto al religioso, a un comunicador extraordinario, a un predicador que engancha, anima y atrae; he descubierto a un auténtico hombre de fe en gerundio. Ha sido la plasmación viva de la Constitución 20, micrófono en mano, recorriendo el templo: “Los redentoristas son apóstoles de fe robusta, de esperanza alegre, de ardiente caridad y celo encendido. No presumen de sí y practican la oración constante. Como hombres apostólicos e hijos genuinos de san Alfonso, siguen gozosamente a Cristo Salvador, participan de su misterio y lo anuncian con la sencillez evangélica de su vida y de su palabra, y por la abnegación de sí mismos se mantienen disponibles para todo lo arduo a fin de llevar a todos la redención copiosa de Cristo.”

Me he sentido impelido y además orgulloso de mi paisano y hermano Redentorista. Creía que eran cosas mías, fruto de ese puntito emocional que se me dispara en ocasiones. No era así. Todos los feligreses con los que he hablado estaban igual de emocionados, alentados y tocados por las palabras de este jovencísimo Redentorista. Animados para la semana y para dar en nuestros ámbitos testimonio de Cristo. Agradecidos y deseando volver a escucharle. Todo parte de la fe y la oración.

Cuando hablamos de la falta de vocaciones demasiado a menudo nos fijamos exclusivamente en el número, como si eso fuera garantía de algo. Vocaciones, cada una en su ámbito, con que sean sinceras y cargadas de fe, es suficiente. No es el gran número lo que se ha de buscar, si no que sean santas y sinceras. De esas vocaciones Javier ha sido hoy un explosivo ejemplo. Unos pocos así cambian el mundo. La felicidad y alegría que muestran cuando son así, prenden de uno a otro como de cerilla a cerilla, iluminando con una naturalidad sorprendente. Hoy, gracias a Javier, ha salido un ilusionado ejército de luciérnagas a iluminar Madrid. 

Os animo a todos los que leáis esto a que recéis por él, aunque no le conozcáis; por él y por vocaciones como la suya.

¡Gracias, Javier!

domingo, 3 de noviembre de 2019

33, el musical


Mucho, muchísmo tiempo después de su estreno, cumplidas ya las 200 representaciones, ayer sábado tuvimos la suerte de ver ¡por fin! 33, EL MUSICAL.

Creo que aún sigo en shock. Ni sé exactamente cuantísimos amigos han ido -algunos incluso varias veces- a verlo. Muchos de mi comunidad del Perpetuo Socorro o vinculados a nuestra #Familia #Redentorista, por aquello de que alguien muy querido para nosotros interpretaba a San Pedro y al propio Jesús. Otros, sin embargo, católicos de a pie o religiosos de otras familias, o sacerdotes diocesanos. Casi todos hablaban maravillas, por un lado del musical en sí mismo y, por otro de “nuestro” Damián Mª Montes CSsR, el padre Damián. Alguna crítica hubo de gente sobre la que tengo una altísima opinión, pero que no estaban muy satisfechos con el resultado de la obra desde el punto de vista teológico o doctrinal.

Mucha, muchísima gente me ha escuchado o leído hablar siempre de una manera positiva de 33 aún sin haberla visto. Para mí era un sencillo acto de fe. Un sencillo acto de fe -que no me costaba ningún esfuerzo- porque en el elenco participaba mi hermanito Damián. Desechaba las críticas de un plumazo con lo que antes se llamaba la fe del carbonero, el “creo porque creo”. Si actúa Damián, nada puede haber dudoso. Confieso que para mí eso era tan importante como el espaldarazo de mi arzobispo. No había nada más que decir ni opinar. Podemos ser muy distintos, podemos tener formas aparentemente antitéticas... eso es superfluo; el fondo es el mismo.

Sin embargo, la fe ciega en alguien a quien quieres puede llevarte de bruces al suelo, darte un doloroso golpe y mostrarte cuán equivocado estabas. Errar es de humanos, y la única confianza ciega se le debe al Señor. Pues bien, ayer constaté una vez más que, poner mi confianza en estas cuestiones en un hermano redentorista es ponerla directamente en el lado de Cristo y su evangelio. No me equivoqué; únicamente me quedé corto. La única pena es que no actuaba Damián. Yo no paraba de imaginármelo actuando.

El musical es de una calidad extraordinaria, los intérpretes impecables y el texto del Padre Toño Casado de una sencillez, realidad, actualidad y profundidad fuera de lo común. Es un verdadero auto sacramental de la era moderna. Fuimos los cuatro con unos amigos y sus hijos – nos invitaron ellos- y en el entreacto, mientras todos comentaban encantados, me preguntaron mi opinión. “Hasta que no acabe no me pronuncio”. Llegó el segundo acto y el corazón que había estado en tensión durante el primero, comenzó a acelerarse. Fue una explosión brutal, descarnada y tremendamente delicada de Amor. Nos entusiasmó, y ese entusiasmo cristalizó en las lágrimas de Toya. Toño Casado consigue una presentación inteligible, fiel y actual de Jesús. Además, con una producción cuidadísima. Todo el elenco es impresionante pero Christian Escuredo está inmenso.

El texto azuza, mueve y pincha a tirios y troyanos. Y cuando azuza, mueve, pincha y puede incluso llegar a incomodar nos lleva a la reflexión de un humilde examen de conciencia. No creo que haya nadie que no se vea reflejado en el primer acto, en cierto sentido incomodado. Nadie. Ahí entendí las críticas. Pero insisto en que una humilde reflexión no puede más que llevarnos a un sano examen de conciencia.

La de ayer fue una tarde perfecta que nos dio la oportunidad de compartir un rato con unas encantadoras hermanas Franciscanas de los S.S.C.C. Habían venido desde Mataró para el jubileo del Cerro de los Ángeles – no en vano esos S.S.C.C.- y aprovecharon para ver 33. De su mano, en concreto por la navarrica de la cuatro, he podido conoces a su Beata Madre Carmen del Niño Jesús. Las acercamos a su colegio de El Viso y en el trayecto pudimos compartir los elogios comunes por el musical.

Si podéis hacer el esfuerzo, merece la pena. Os lo recomiendo.

jueves, 24 de octubre de 2019

Rezar por los contrarios


"Y al que diga una palabra contra el Hijo del hombre, se le perdonará; pero al que la diga contra el Espíritu Santo, no se le perdonará ni en este mundo ni en el otro." Mateo 12, 32. De aquí infiero que hay pecados que se perdonan en el llamado “otro mundo”, y que ya que la oración llega a lo Alto es sano rezar por los difuntos. Por todos.

En casa, que somos muy raros, tenemos la costumbre de rezar cada noche por quienes mueren solos. Sin distinción. Egoístamente, me reconforta pensar que siempre habrá alguna familia rara, algún hombre raro, que rece por los difuntos, aunque no los conozca, aunque nada tenga que ver con ellos, incluso aunque en vida hubieran tenido sus rencillas. Es sano hacerlo en cualquier caso, incluso más por aquellos más necesitados de la Misericordia divina. Todos estamos necesitados de ella.

En 1975 yo era un niño de 9 años. Recuerdo perfectamente estar frente al televisor -en blanco y negro- toda la familia viendo la retransmisión de las exequias del General Franco. No era algo ni opinable, ni discutible. Tuviéramos la edad que tuviéramos era algo que teníamos que ver; en silencio y con respeto. Con verdadera esperanza e ilusión-reconfortante sensación de “por fin”- se siguió la proclamación de Don Juan Carlos y la misa de Espíritu Santo. Yo sabía que de vez en cuando mi padre viajaba a un lugar llamado Estoril, o que un tío de mi madre era miembro del Consejo Privado de Don Juan de Borbón, el Rey (hasta que pocos años después vi a D. Juan III aparecer por primera vez por casa de mis padres). Como sabía también que Franco no era un personaje ni simpático, ni popular, ni especialmente querido; esto era muy común entre muchísimas familias monárquicas (o lo común entre las familias realmente monárquicas). Pero hasta ahí. Nunca nos han educado en el odio, ni en el rencor; eso era tan implanteable como la falta de respeto por los difuntos, por todos los difuntos. Comprendo que era otra época, otra manera de educar, pero no todo lo de entonces es desechable, ni abominable, ni repudiable (de hecho hay mucho y bueno que deberíamos recuperar por el bien común).

Rezar por los difuntos. Por todos. En el día de los Inocentes tengo el absurdo hábito de rezar por los inocentes y los maltratadores, por martirizados y quienes les causan el martirio.... “lleva todas las almas al cielo, especialmente las más necesitadas de tu Misericordia”.

Hoy, mientras comía en el restaurante del polígono cercano a mi oficina he tenido la oportunidad de ver el espectáculo montado alrededor de la inhumación de los restos de ese personaje que era tan poco simpático en mi casa. Además, lo he visto a través de “la sexta” (eso ya es una cierta ironía diaria para mi purificación interior). El gobierno en funciones, con sus ansias insaciables de revanchismo feroz, ha conseguido que 44 años después yo vuelva a rezar por el eterno descanso del alma de Francisco Franco. Ya he aprovechado para rezar por los muertos de los dos bandos, por una rara avis familiar que fue mi tío Arturo Casanueva (republicano quemado vivo por los republicanos por defender como abogado a los presos del barco prisión “Alfonso Pérez” en el Santander de la guerra). He rezado también por la Notario Mayor del Reino. No he podido evitar hacerlo. Si algo me ha sorprendido de todo el espectáculo que nos han querido mostrar desde el Gobierno en funciones, si algo me ha parecido tremendo, ha sido el rostro de odio de esa individua; me ha recordado la imagen de las caras sedientas sangre descritas en los relatos sobre quienes presenciaban con sus hijos los asesinatos de nacionales en el Madrid de la guerra, madrugando para coger sitio. Alabo, eso sí, su discreto luto y que no llevara gafas.

He rezado también por la comunidad benedictina del Valle de los Caídos; sólo Dios sabe qué será de ellos en el futuro inmediato mientras todos callan. He rezado por mi Iglesia, por mi casta meretrix Ecclesia. Y por todos los que hoy callan y quizás mañana lloren.

Ahora que lo pienso, Pedro Sánchez me ha puesto a rezar muchísimo. ¿Alguien se anima conmigo a rezar hoy especialmente por sus “contrarios”?

martes, 17 de septiembre de 2019

¡BUEN CAMINO!


Hace apenas un instante, cinco años de nada, estuvimos toda la familia en Astorga, formando una pequeña Comunidad Internacional Redentorista de acogida al peregrino. Corría el mes de julio del año 2014. María y yo y dos pequeñas misioneras, junto a dos entonces estudiantes redentoristas británicos -hoy profesos- y un sacerdote redentorista español. Extraordinaria experiencia tanto la de la acogida a los peregrinos, como la vida comunitaria y el aprendizaje de las Monjas Redentoristas Contemplativas (OSSR) de Astorga. 


Una de esas pequeñas misioneras, Toya, la mayor de ellas, inicia hoy una etapa del Camino como peregrina. Casi no lo creo; ese lapso de tiempo no ha sido más que un pestañeo. Esa niña, es hoy una chica de 14 años, con todo lo que implica esa edad. La adolescencia es una etapa maravillosa y tenemos que ayudar a que así sea. Su sensatez innata compensa la revolución hormonal y hace que el fiel de la balanza equilibre los platillos sin mayores problemas. Por encima de todo es buena, sustancialmente buena, fundamentalmente buena. Confío en que el Salmo 119 que cada jornada desgranábamos en las meditaciones y Oración del Peregrino al caer el día iluminen su Camino: “Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero”.   


Reconozco sin el más mínimo sonrojo que soy un padre orgulloso. A medida que van creciendo crecen las preocupaciones, pero lo hace también la confianza. El trabajo de padre no acaba nunca. María y yo somos custodios de dos vidas, y ese regalo es de una responsabilidad incomparable. Tratamos de hacerlo lo mejor que podemos, desde la fe, con Cristo entre nosotros. Educamos sí, con firmeza y posicionamientos claros, pero para que las dos sean ellas mismas y encuentren sus propias preguntas; no hay respuestas si no hay preguntas. Le presentamos la realidad de la vida, desde nuestra propia realidad y convicciones, sin cortinas. Son  y han de ser parte activa de la sociedad y el mundo; su Vida tiene que contribuir a mejorar la sociedad y el mundo. Están en el mejor momento: su momento. 


Mi hija Toya y las compañeras de colegio de su edad inician una etapa del Camino. Van acompañadas por varias profesoras y uno de los sacerdotes. Alegra es una suerte de colegio, un lujo de colegio. Pertenece a las obras corporativas del Opus Dei, institución de la Iglesia fundada por San Josemaría Escrivá de Balaguer. Casi todas las chicas recibirán este año el sacramento de la Confirmación. Toya no. Toya inicia este año ese recorrido interior que le llevará a decir: SÍ. Un período intenso de formación y acompañamiento espiritual de tres años en nuestra Comunidad Redentorista del Perpetuo Socorro de Madrid; requerirá aprendizaje, donación, sacrificio para alcanzar el gozo que de ello se deriva. Tres años de maduración.


Como padres tendremos aciertos y equivocaciones, pero nos ponemos siempre bajo la mirada de Nuestra Madre del Perpetuo Socorro. Hoy pido especialmente su Perpetuo Socorro por estas peregrinas. Y os animo a rezar por ellas, para que como los discípulos de Emaús encuentren a Cristo en el Camino, y para que quienes las acompañan acierten al mostrárselo.

¡BUEN CAMINO!



sábado, 7 de septiembre de 2019

#FranciscanosSantander 760 años de Luz


El próximo mes de junio, en 2020, los P.P. Franciscanos abandonan Santander.760 años después abandonan Santander. Una muy triste, una tristísima noticia.

No quiero escribir con amargura, al contrario, con profundo agradecimiento. En realidad, es así como debe ser por esos 760 años de Vida y gracia derramadas en mi tierruca. Muchos de entre ellos serán santos anónimos en el cielo, y a muchos habrán ayudado a serlo.

Son tiempos complicados, no para la Iglesia -que también- lo son para algunas Congregaciones o Institutos religiosos. Otros, sin embargo, florecen con fuerza en su actividad y vocaciones. El Espíritu sopla, donde quiere, sobre quien quiere y cuando quiere. Cierto, pero no basta. Creo que es para hacérnoslo mirar.

No me sirve el argumentario de la sociedad infantil e hipersexualizada, ni de cómo está el mundo ni los balones fuera. A veces se puede, incluso, ser parte del problema.

¿Quién florece? ¿Cómo florece? ¿Por qué florece? ¿Por qué yo no? No veo ni un ápice de autocrítica; ni uno. Es más, en ocasiones las conclusiones que puedo escuchar no hacen sino profundizar la sima. Y en eso estamos todos, por que Iglesia somos todos, los laicos incluidos. Pero nos tienen que dejar.

Del mismo modo que en la reciente nota de los obispos españoles sobre la oración y los movimientos Zen, buenrollistas y mindfulness. Está estupenda, la suscribo. Con algunos matices, porque a la confusión sobre la oración, cómo orar, en qué consiste etc., se puede llegar desde adentro sólo por querer ser super estupendo. Y, por otro lado, tampoco veo un autoreflexión del por qué allí sí y aquí no. Hay que adaptarse a los tiempos. Y hacerlo sin rebajar el nivel ni intelectual ni cultural de la gente. He llegado a escuchar “qué horror en tal parroquia rezan el Anima Christi tras la comunión, eso asusta a los niños” (esa parroquia está cuajada de niños, jóvenes y tiene para este curso tres vocaciones al sacerdocio y una a la vida religiosa femenina nuevas, no es por nada). Desde algún púlpito he escuchado con estupor críticas al lenguaje de la Salve. Vamos, no leáis al Quijote, ni a los clásicos. Utilizad, tres palabras, cuatro giros y pa’lante. Una cosa es adaptar el lenguaje a los sencillos, como hiciera en su época San Alfonso, y otra el desparrame cultural. Hay para todos; debe haber para todos. Sin excluir, sin señalar y sin recelos.

En fin, que no pasa más. Otros vendrán; o no. Esto empezó con Uno. Luego con un puñado de mujeres y doce colegas. No hay más.

Quizás pueda servir de reflexión, de purificación. El compost del que germinen nuevas vocaciones cuando Dios quiera.

En el caso de los Franciscanos, se van de Santander, pero permanecerán en las montañas lebaniegas como custodios del Lignum Crucis. Al abrigo del Madero y los montes. Quizás un día se den cuenta de que contar la realidad del por qué está ahí ese trozo de madera, cómo llegó, para quién, para salvaguardar el qué y protegerlo de quién, sirve ni más ni menos que para hablar de la Verdad con claridad y sin complejos. Hablar con caridad, con bondad, con benignidad evangélica; sí, pero con la rotundidad y claridad de la verdad. Ese día, estoy convencido de que será el principio de la recuperación para todos.

Estas opiniones peculiares y personales mías. En fin, una pena, pero que no pasa más. 760 años de historia, de evangelización, de entrega. 760 años de Luz. ¡GRACIAS!

Como dice un amigo mío: el último en salir que apague la luz del Sagrario.

Yo me quedo aquí, scalando en Familia. Hoy orando por los Franciscanos; os pido que oréis también. ¿Os unís?

martes, 11 de junio de 2019

¡GRACIAS, Damián!


Todo llega. En mi comunidad, en la parroquia santuario del Perpetuo Socorro de Madrid viviremos cambios. Cuando la zarpa de este momento araña, siempre pienso con cierta envidia en las parroquias diocesanas inglesas -incluso anglicanas- en las que los párrocos estaban al pie del cañón hasta el final. También ocurría en algunos pueblos de nuestra geografía nacional.
Pero los misioneros itinerantes es lo que tienen, que son itinerantes. Para ellos puede ser tanto una carga como un alivio. Comenzar de cero y despedirse de tanto pesado insufrible como yo.
Hoy me voy a detener con especial cariño y agradecimiento en un chaval de unos 25 añitos. Lo conocí a través de unos vídeos de Youtube y yo, que soy muy intrépido, le puse algún mensaje. Un buen día, estando en un despacho de la parroquia metiendo datos en el ordenador sobre nuestros voluntarios en la JMJ Madrid 2011, escuché a mi espalda un “hermanito”, me volví y ahí estaba él. El chaval de Youtube, Damián. Hoy cumple 33 años.
Ese chaval se encontró con un a veces iracundo – como nuestro padre San Alfonso- feligrés; siempre apasionado ¡que no me falte nunca esa pasión! Sangre caliente que lo mismo me llevaba a abandonar una celebración antes de tiempo que a blandir mi espada, en este blog o donde fuera necesario, en su defensa. La pasión continúa, el carácter se atempera y el cariño se asienta. Aprender a conocerse o te lleva a la distancia o a todo lo contrario; yo, por mérito suyo, aprendí a quererle.
Mucho que agradecer; mucho. Mucho que recordar. Especialmente dos confesiones: una mía y otra en el Colegio Everest, donde estudiaban mis hijas. Allí acudió para celebrar la primera confesión de mi hija mayor, Toya. Cosas que nunca podré olvidar. Tempus fugit. Ha sido una suerte haber podido Vivir parte de ese tiempo contigo.
Ese chico de 25 años es hoy un extraordinario sacerdote y misionero Redentorista. Pude acompañarle en su ordenación diaconal, pudimos acompañarle en su ordenación sacerdotal. Estuvo presente en El Espino el día en que yo efectué mi compromiso como Misionero Laico Redentorista. Cosas que se viven en familia, con las cosas de cualquier familia.
Hablo siempre desde un punto de vista y experiencia meramente personales. Pero en PS todos le echaremos de menos y todos agradecemos la semilla de sembrador que deja.
¿Por qué escribo hoy, y no el día 30 de junio? Pues porque hoy es su cumpleaños y no hay mejor regalo que el reconocimiento y el agradecimiento. Pero ya sabéis, el domingo 30 de junio, D.m., en PS el P Damián María Montes CSsR a las 21h celebrará su última Eucaristía. ¡Acudamos a arroparle, acompañarle y agradecerle!
Damián, caracteres diferentes, modos distintos, pero el mismo fondo, un camino recorrido en la misma #Familia Las niñas, desde que ayer se enteraron del cambio, ya están echándote de menos; han crecido contigo. Lo bueno de #ser la misma #Familia es que seguiremos viéndonos, compartiendo y recorriendo un camino común. Siempre en gerundio, siempre #scalandoenfamilia

lunes, 15 de abril de 2019

Cielo y tierra pasarán

Ver cómo arde la Catredral de Notre-Dame de Paris es ver cómo arde un protagonista, testigo y símbolo de la historia de Francia, de la historia de Europa.

París, junto con Londres y Madrid ha sido una de las ciudades dónde me he sentido en casa como emigrante. Quizás no debería nombrar a Madrid porque llevo viviendo aquí mucho más tiempo que en mí Santander natal; es ya también mí ciudad. El caso es que conozco muy bien  esa Catedral, he pasado muchas horas ahí adentro; sí,  rezando. Sin embargo no es el cariño lo que me pesa al ver cómo cae devorada por el fuego, es el derrumbe de más de ocho siglos de historia en el corazón de Europa lo que me puede en este sentimiento de impotencia y anonadamiento. 

Desde hace dos años paso aproximadamente tres días a la semana por Europa: Bélgica, Francia – ahora comenzaré con Austria y Alemania. Veo cómo ha cambiado el paisaje social, como ha ido cambiando ante nuestra propia pasividad. No me interesa ahora profundizar en ese cambio que a mí no me agrada, pero es radical. Es un cambio social y sociológico radical y preocupante. Ver convertirse en cenizas a semejante templo católico, que es también un  símbolo de la Cristiandad en nuestro continente y, por eso mismo, un símbolo a nivel global, ver cómo sucumbe…. Confrontar sus ruinas y los cambios de las últimas décadas…. me abruma. 

Sin embargo, al tiempo que contemplo desde mí casa el dantesco espectáculo de las llamas, mientras sigo la noticia en televisión y a través de Internet, leo cómo cada vez más numerosos pequeños grupos de católicos se van concentrando pacíficamente en rincones de los aledaños del templo simplemente para rezar. Esa luz, la luz de la oración, la luz de la fe de esos desconocidos que se congregan alrededor de Notre-Dame es lo que realmente mueve el mundo. Es la fe que llevó a levantar el  templo. Se nos llena la boca diciendo que hay que salir de las iglesias, pero ellos se congregan alrededor de las ruinas de la más emblemática de París. Piedras que han sido transmisoras de la fe, vidrieras que han sido catequesis viva. En ellas se custodia y transmite la fe. Sin Notre-Dame,  como sin San Pedro del Vaticano, Santo Toribio de Liébana o Santiago de Compostela… qué  fe nos habría llegado,  qué saber se habría perdido. El mundo, nuestro mundo sería otro. Sin ellas no sé ni qué idioma hablaríamos,  ni a quién rezaríamos si es que lo hiciéramos, ni mirando hacia donde.

No olvidemos jamás que podemos salir de las iglesias precisamente porque las tenemos. Hoy los que estaban fuera la arropan con su oración. Su oración sea incienso. Su fe es la mía. Rezo con ellos, en familia. Desde mí rincón del mundo hoy el corazón es el mismo y late con ellos rezando con ellos.

La fe de esa gente muestra que no todo está perdido. Quiera Díos que esas cenizas sean abono de nuevos frutos y que el fuego purifique a Su Iglesia.
 Cielo y tierra pasarán, más tu Palabra, Señor, no pasará. 

jueves, 14 de marzo de 2019

Seminaristas


Hace poco he tenido una charla con un amigo seminarista. Publicó una preciosa poesía de un jesuita en una red social y el tema de la poesía me hizo sospechar que algo podía no ir bien. En el fondo todo está en orden…

Pedimos por las vocaciones, nos preocupamos de los sacerdotes, pero desde lejos y casi como si fueran seres mágicos que salieran de la nada; un día, de repente aparece un sacerdote. Los necesitamos, los queremos santos, perfectos, sin tacha alguna. Ah, y que además sean simpáticos y estén siempre de buen humor y disponibles. No tenemos ni idea de cuál es su proceso, los períodos por los que pasan hasta ser admitidos al Orden, sus dudas, sus crisis, sus frustraciones, su formación.

Los tiempos que corren actualmente, los escándalos que manchan a distintas y muy altas capas eclesiales a mi personalmente me llevan a redoblar la oración por los seminaristas diocesanos, así como por los postulantes, estudiantes y novicios de las Congregaciones Religiosas. Temas tan sucios y enrevesados que en ocasiones pareciera que el silencio esconde una especie de organización para delinquir. Ser un chico joven y sentirse llamado hoy en día tiene el plus de valentía por situarse directamente en el centro de la diana de quienes simplifican y no discriminan ni separan el polvo de la paja.

Por muy injusto que sea en cualquier colectivo meter a todo el mundo en el mismo saco, la realidad es la que es y los dedos de la nueva inquisición laica deseosa de escándalos, señalan a quienes señalan.

En casa, en familia, esta Cuaresma incluimos en los rezos nocturnos a éstos jóvenes valientes, para que no decaigan, por su perseverancia y la fortaleza de su fe. Rezamos y les hacemos saber a los que conocemos que aquí nos tienen. Pedimos por ellos y por su formación. Por una sólida formación teológica, moral, intelectual, social, emocional…; sí, pero con los pies en la tierra, claramente en la tierra y en el tiempo en el que vivimos que es el siglo XXI. Una formación para este tiempo y el que viene por delante.

Un pequeño propósito para esta Cuaresma. Rezar por otros también ayuda a la conversión personal. ¿Alguien se anima? Nosotros lo hacemos cada noche Scalando en Familia.

lunes, 14 de enero de 2019

Nuevo Gobierno Provincial CSsR - Madrid


Recientemente se han elegido en varias Provincias nuevos Gobiernos de la Congregación del Santísimo Redentor. Bueno, por “Provincias”, para entendernos, más bien diríamos países. Conozco a alguno de los nuevos “Provinciales” así como a varios de los Consejeros; conozco, aprecio y quiero.

El Espíritu sopla con libertad, quizás por eso puede aparentemente hacerlo con distinto signo en cada lugar. En realidad, cada lugar es diferente, cada lugar tiene un pueblo de Dios concreto, ovejas con nombres, apellidos e historias concretas, aunque peregrinemos todos juntos. El nombre de cada uno de ellos, de cada uno de nosotros está grabado en la palma de Sus manos.

El carisma es compartido, son todos hijos de San Alfonso, pero cada uno es un individuo concreto y específico, con ideas concretas y específicas. Aunarlas en un Gobierno es un milagro en sí mismo.

La elección de quienes han de marcar los pasos de una Congregación en un espacio geográfico determinado por un período de tiempo concreto no influye exclusivamente en los Congregados. Pensar eso sería un error de base de difícil solución. No es un asunto meramente administrativo o de gestión. Influye en aquellos sobre quienes indefectiblemente habrán de apoyarse, influye en aquellos a quienes acompañan, influye en el rebaño asignado, influye en los más necesitados de auxilios. Influye en la misión, en el Pueblo de Dios y, por lo tanto, ha de tender siempre a la Salvación.

No solo atañe a los religiosos. A los misioneros laicos, laicos asociados… nos corresponde orar por ellos, obviamente, pero también cooperar, ayudar, apoyar… y asesorar, orientar. La disposición de dones y talentos a un fin común, sí; tanto como la fraterna corrección cuando sea necesaria. Dones y talentos. La misión es compartida.

Pido por Riu y Portugal, Dan e Irlanda o Ronald y Londres. Y en mi oración incluyo a Nicole Barber o Nana Henry tanto como a los hermanos portugueses que hicieron su compromiso como Misioneros Laicos del Santísimo Redentor el pasado noviembre. Pido por todos ellos y el camino por delante.

                                                                                                                                               
En nuestro caso, en España, también hay un nuevo equipo desde el pasado día 10 de enero. Pido por Francis, por el M. R. P. Francisco Javier Caballero Ávila, y por todo el nuevo Gobierno Provincial (los Padres José Luis Bartolomé, Ignacio González, Juan Carlos Arias y Damián María Montes). Que el Señor les ilumine, san Alfonso los inspire y que Nuestra Madre del Perpetuo Socorro nos abrace a todos. Con profundo cariño les deseo los mayores aciertos y el éxito en su labor. Con el cariño de esta pequeña Familia.



Oración, manos tendidas y ritmo acompasado. Os animo a uníos en la oración.

Todos juntos scalando en #Familia

Dando el primer paso se comienza a caminar. Porque en Él está la abundante Redención.