Hoy os escribo pidiendo una oración concreta: una oración por
la paz en Nicaragua.
Nunca he estado en ese país, pero allí hay una profunda
presencia Redentorista, misioneros portadores del anuncio de la Sobreabundante
Redención; el Padre Michael Brehl, Superior Genaral se pronunció en mayo sobre
la tragedia que asola a ese pequeño país (http://www.cssr.news/spanish/2018/06/los-redentoristas-cercanos-al-pueblo-de-nicaragua-carta-del-superior-general/).
Nunca he estado allí, pero conozco a algunos nicaragüenses, entre ellos a la
religiosa de Pureza de María Xiskya Valladares. La hermana Xiskya esta haciendo
una labor extraordinaria de denuncia profética y en pos de la paz en su país.
La primera vez que la nombré en este blog fue hace ya algunos años. No la
conocía, pero había sufrido algún tipo de agresión en las redes y decidí no
callar. Luego el Señor quiso ponerla en mi camino; uno de esos regalos sutiles
de lo Alto. He tenido la ocasión y la suerte de tratarla gracias a #iMisión. La
aprecio. También la admiro, (no la admiración al personaje, que yo de mitómano
tengo más bien nada). Admiro su visión, su misión, su claridad, su voluntad, su
fortaleza y su incansable capacidad de trabajo; admiro la ingente labor
evangelizadora que realiza en las redes. Admiro su valor. Y ahora admiro la voz
que levanta ante la injusticia que sufren sus compatriotas. Su voz es
necesaria. La denuncia es necesaria. Nada hay peor que el silencio de los
buenos.
Sin embargo, buenos o no, lo que más escucho sobre la
inhumana tragedia que está padeciendo este pueblo, es el silencio
internacional. O más que el silencio la frialdad internacional, el desdén
internacional. Claramente al “mundo” le mueven intereses económicos y
geopolíticos, y muy poco o nada la humanidad que remueve entrañas. Sé que esto
lo vemos casi a diario. Pero ahora le toca a Nicaragua. Un pueblo indefenso,
solamente amparado por una ejemplar jerarquía católica.
Si allí se padece en español es porque nosotros les llevamos
esa lengua; si allí rezan al Redentor y suplican el Socorro de María es por que
también les llevamos la fe. No deberían sernos ajenos en ningún caso porque son
seres humanos que están siendo injustamente masacrados, pero es que, además, España
tiene un vínculo histórico y de sangre irrompible e inolvidable. No solamente
eso; aquí esos mismos hechos comenzaron a vivirse en 1934, por muy fuerte que
sea el empeño actual de ocultar y reescribir la historia. Son muchos los
motivos que tenemos para no callar, para denunciar y, como católicos para orar.
Yo no soy nadie. Simplemente un españolito padre de familia
que vive “al otro lado del charco”. Pero no puedo callar. Hoy no me vale
simplemente rezar con fe en familia. Por mis hermanos redentoristas de allí,
por los compatriotas de la hermana Xiskya, por nuestros hermanos perseguidos,
hoy os pido que por un momento paréis, reflexionéis y recéis por la paz en
Nicaragua. Hagámoslo todos con fe, confiados en el poder de la oración, justo
hoy, solemnidad del Santísimo Redentor. Copiosa Apud Eum Redemptio.