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martes, 25 de julio de 2017

Peregrino

Hoy, día del Apóstol Santiago, Patrón de España, pienso en todos los peregrinos que caminan hacia una misma meta. Todos somos peregrinos de nuestra propia existencia y, a veces, nos perdemos en nosotros mismos. Nos fijamos poco en nuestros compañeros de camino.

Los tenemos bien cerca, a nuestro lado. El primero lo vemos cada mañana frente al espejo. ¿Lo cuidamos para que no pierda el sendero? A veces pienso que no, a veces siento que no, a veces sé que no. Cuando recuerdo mis dos etapas sirviendo en Casa San Alfonso, la Casa de Acogida al peregrino que los Redentoristas tenemos en Astorga, redescubro las conversaciones con tantos caminantes y medito sobre la oración que al caer la tarde se ofrece o los mensajes que dejan en el libro de firmas, me doy cuenta de lo inmenso que es el Amor de Dios y que, para darse, hay que reforzarse con la oración.

Lámpara es tu palabra Señor para mis pasos, luz en mi sendero”. Para ser un buen compañero de Camino hay que poder reflejar esa luz en el otro, para el otro. Darse es vaciarse, y para vaciarse hay que estar primero llenos de su Palabra, asentarla con la oración. Unos con otros nos vamos sosteniendo. No podemos solos; siempre con Él y en comunidad.

Esta mañana ha comenzado en el Monasterio de El Espino el encuentro San Alfonso que cada año tiene lugar allí; se congrega la #Familia Redentorista, religiosos y laicos. En esta edición el centro es el carisma Redentorista. Siento no estar; duele no estar. Pero soy partícipe. Con la oración compartida y con las crónicas que me van enviando. La Comunidad en la distancia, la #Familia que medita unida, que ora unida, que se da en bloque. Sostiene. Somos peregrinos, cada uno de nosotros.

Como duele no estar con mi mujer y mis hijas, esas pequeñas peregrinas a quienes enseñamos a caminar y que van intuyendo, poco a poco, por dónde dar sus pasos.

Recuerdo a tantos que me he cruzado, que Dios ha puesto en mi vida. Pero le doy la vuelta y me pregunto si, habiéndome asimismo puesto Él en sus vidas, aunque sea por un instante ¿He estado a la altura? ¿Estoy a la altura?


Eso de que no pesan los años sino los kilos es una falacia (aunque a mí me vayan pesando ya ambos). Pesar, lo que de verdad pesa son los fallos. Hoy Clavijo está en mi interior. Sin embargo, regodearse en ello sería un pecado. Simplemente uno se levanta, se sacude el polvo y continúa con la confianza de hacer un buen Camino; caminando. Siempre en gerundio y en #Familia. Cogido de la mano de Santiago y, siempre, de Alfonso; permanentemente bajo Su mirada. Aunque sea en la distancia.

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