31 de agosto. Cinco años. Hace ya cinco años decidí hacer una confesión: que un día me dijeron que Él era mi Amigo ( http://www.scalandoenfamilia.com/2011/08/me-dijeron-que-era-mi-amigo.html
). Con esa entrada inauguraba este blog, sin saber muy bien… comenzaba una
exposición que era para mí una enorme incógnita.
Cinco años después aquí sigo. Tratando
de darle a conocer de una manera simple y sencilla, con la vida casi diaria de
un padre de familia normal y corriente. Visión personal, experiencia personal.
Dándole a conocer a Él y a mi Familia Redentorista. Un padre de familia que es
misionero laico del Santísimo Redentor. Dos pasiones vividas precisamente con
eso: pasión.
Son muchísimas las personas de los cinco
continentes que han pasado por aquí, pero no me importa nada el número. Me
quedo con quienes casi semanalmente le encuentran cuando, paradójicamente, van
buscando en google dos palabras, “bragas sucias”… y se dan de bruces con http://www.scalandoenfamilia.com/2014/02/bragas-sucias.html;
me quedo con alguna vocación afianzada; me quedo con quien descubrió a la
Perpe, a San Alfonso o a varios de los santos o beatos Redentoristas; me quedo
con quien le vio y siguió avanzando; me quedo con un seminarista de Santander;
me quedo con quien llegó a ser una madre soltera de Argentina; me quedo con
quien descubrió a esta Familia; me quedo con algún “gracias”; me quedo con el
abrazo de aquellos a quienes he podido conocer; me quedo con quien me ha parado
por la calle y sus palabras; me quedo con la comunión.
También ha habido algún insulto, críticas insanas, amenazas. Oración.
También ha habido algún insulto, críticas insanas, amenazas. Oración.
Uno aprende a perder el pudor de hablar
de Dios, de mostrar caídas, debilidades y que la propia vida no es perfecta,
que uno mismo es un cúmulo ingente de imperfecciones. Ese perder el pudor,
hacerse visible, tratar de mostrar el Rostro Amable de quien nos regala la
Redención Abundante, también me ayuda a mí.
Cinco años compartiéndolo en las redes,
interactuando, creciendo. Preguntando, buscando, escuchando. Siempre en gerundio.
Cinco años. La barba más blanca,
caminando con María y nuestras hijas creciendo. Cinco años viendo hermanos
comprometerse, ordenarse y cómo la Familia crece. Cinco años y personas que ya
no están, que ya han llegado, como mi padre. Todo tan natural como lo que es:
la vida misma.
Cinco años
scalando en Familia. Gracias a todos. ¡Gracias a Dios!