Encender la televisión y encontrarme con un hermano siendo
entrevistado en el programa Últimas Preguntas pues… me inflo. Qué queréis que
os diga, me llena de orgullo. Con todas las letras. Lo reconozco sin el menor de los pudores. Cada uno es como es y a mí me tocó ser así... http://www.rtve.es/m/alacarta/videos/ultimas-preguntas/ultimas-preguntas-voz-tu-voz/3551565/?media=tve Ver al P Damián Mª Montes CSsR y su grupo The Beats me llena de orgullo. Tal
cual. Como me llena de orgullo cuando veo en la televisión o en algún periódico
a mi propio hermano Juan. Es un hecho que no puedo evitar y el nombre de su
grupo es bien expresivo, porque me pone el corazón beating a toda potencia.
Alguna vez ha habido gente que me ha dicho que cada vez que
escribo o hablo de algún redentorista presento una imagen idílica tanto de
hechos como de relaciones. En fin, será cuestión de pasión. Quizás no de
pensamiento único pero sí de pasión y convencimiento por el enamoramiento que nos
envuelve en un mismo carisma, por aquello que nos hace conformar una Familia
común. Hablo de aquello que aporta, que suma, que puede hacer crecer a los
demás y conformar un mundo mejor y más justo. Por eso no tengo rubor alguno en
mostrarlo y en animar a jóvenes y mayores a que nos conozcan tanto a laicos
como a consagrados. Mostrar a esta Familia es mostrar una parte de la Iglesia
que late feliz por el anuncio de la Redención para todos.
Tan orgulloso de su entrevista me sentía como de que actuara
en Mérida en la renovación de la Misión; orgulloso de él y de todos y cada uno
de los cohermanos que pasaron por allí, pero los medios de comunicación tienen
la extraordinaria función de llegar a masas, y acercar a masas la presencia de
un misionero joven y feliz es extraordinario en sí mismo.
Que lo que escribo puede parecer idílico, quizás, pero no es
irreal; es real y es Vida. El resto ni puntúa ni suma. Como es real y genera Vida animo a que nos conozcáis.
Y a ese joven que lo vive desde hace años, que forma parte de ésta historia, que no sabe sí… que piensa que no puede ser cierto que a él… y, sin embargo, íntimamente empieza a pensar lo que puede “perder” si… …qué le voy a decir. ¡No tengas miedo! No lo tengas porque tú mismo ya empiezas a tener claro dónde tienes la felicidad, esa que necesitas para poder regalarla a los demás, esa que reconoces cuando la regalas. Sí, tú.
No hay comentarios:
Publicar un comentario