¡Felices 366!
Tenemos 366 páginas en blanco por delante. ¿Cómo vamos a
rellenarlas? Tenemos 366 oportunidades de ser mejores, de acercar el Reino a la
tierra. Tenemos 366 razones para anunciar la sobreabundante Redención a los más
necesitados.
¿Qué tal si nos proponemos hacer felices a los demás en lugar
de mirarnos tanto al ombligo? Tratemos de hacer felices a los demás. Si tantas
veces decimos estos días eso de “Feliz Año Nuevo” ¿por qué no tratamos de que
sea real?
Mírate al espejo y fíjate bien. Centra la mirada. Seguro que
todos lo hacemos en esa imagen que de nosotros vemos reflejada, en lugar de
hacerlo en lo que hay detrás, que es el mundo real, ese que comienza en casa,
en el hogar. Deja el malrollismo en el año que acaba y trata de generar armonía
en tu familia; con fe, sensatez, paciencia, perseverancia y serenidad será
posible. Ya, ya sé que no es fácil, pero es hermoso; el mero intento lo es.
Empecemos por hoy mismo, el primero de esos 366 días que se
nos ofrecen. ¿Qué celebramos hoy? a Santa María Madre de Dios ¿Acaso fue fácil para
ella?
Pues eso… ¿Qué celebramos hoy? עִמָּנוּאֵל, Emmanuel,
el Dios que está con nosotros. Ese Dios Niño que nos nació hace unos días. ¡Cuántos
no lo conocen! ¡Cuántos! Con nosotros, porque realmente lo está en cada
Eucaristía, en su Palabra. Muchos no lo saben. ¿Por qué no lo hacemos nosotros
presente con nuestra vida? Si en los comienzos del siglo I era la vida de
aquellos locos seguidores de Cristo la que fue atrayendo a tantos ¿qué ha
pasado para que nosotros no atraigamos? ¿En qué hemos convertido su Evangelio y
nuestra vida? ¿No será que muchos siguen normas y tradiciones pero realmente no
lo viven porque no lo creen? ¿Lo creemos? ¿Lo vivimos? ¡Pues adelante!
Muchos criticaron a Benedicto XVI
como muchos critican a Francisco. No son los mismos, pero todos ellos critican
a Pedro. Remueve lo que hace chirriar nuestro interior, pero en esto la única
reacción sana es nuestro propio cambio. No ser personas tóxicas, iluminar con
nuestra vida; pero no callar. Cristo no lo hizo… “¿Por qué me pegáis…?”.
Ese es el único cambio, el de cada
uno de nosotros, que podrá propiciar un mundo mejor. Os invito a hacerlo. No
será fácil. Caeremos, pero lo hermoso será sacudirse el polvo al levantarnos
para continuar. Ni siquiera sabemos si llegaremos a completar las 366
oportunidades porque no sabemos el día ni la hora, pero eso es lo de menos
porque cada una de esas oportunidades es única e irrepetible. Y lo que nos
espera es lo que anunciamos si lo vivimos.
“Un gran deseo de ser
santo, es el primer peldaño para llegar a serlo; y al deseo se ha de unir una
firme resolución”.
San Alfonso Mª de Ligorio. ¡A por el primero de los 366 peldaños! Juntos, scalando en Familia.
¡Feliz
2016! ¡Haced felices a los demás los 366 días que tenemos por delante!
Feliz Año a ti también y gracias por los 10 días adicionales en los que enmendar el daño causado en los otros 356. Porque necesitamos más de diez días, pero ¡para empezar no está nada mal!Muchas gracias Enrique y que éste año suponga el cambio de todo que necesitamos
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