Ya ha comenzado la Acogida Cristiana en el Camino. Una
Comunidad Internacional de Redentoristas, religiosos y laicos, ya se ha formado
en Casa San Alfonso, en Astorga para acoger a los peregrinos que lo deseen. Yo este año no podré
formar parte, y ya lo echo de menos.
Duele esto de querer y no poder, duele. Queda la
oración, cada noche, por ellos y por cada uno de los peregrinos.
Reconforta ver las imágenes que se nos ofrecen en el perfil
de Facebook: https://www.facebook.com/pages/Casa-San-Alfonso-ACC-Redentoristas-de-Astorga/367506096606648?pnref=story
Veo al P Manuel Cabello CSsR y a los peregrinos y me vienen a la cabeza comunión,
rostros, momentos… una Historia de Fe. El P. Cabello es una de esas personas
cercanas, tranquilas, que transmiten paz desde el silencio; la paz que
transmiten aquellos que la viven.
Un punto de envidia sana y un mucho de ilusión por lo que fue
un proyecto y es una realidad viva. Este año es, además especial, porque es
para nosotros un Año Jubilar por celebrar los 150 desde que el Papa Pío IX
entregó a los Redentoristas el Icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro,
restituyendo su culto público con el mandato de darla a conocer a todo el
mundo: http://www.redentoristas.org/la-proclamacion-oficial-del-ano-jubilar-de-nuestra-senora-del-perpetuo-socorro/
Un año mariano. Que nuestra madre, María, sea Perpetuo Socorro de Amor para todos y cada uno de
los peregrinos, para cada miembro de esa Comunidad Internacional que se forma
en Astorga para acogerles en el Camino.
Ora et labora. Oración y acción. Éste año me faltará la
acción. Acompañaré con la oración. Ya echo de menos el calor, el sudor al sol,
los sellos en las acreditaciones, las flechas amarillas, la Comunión que se genera en la Oración
Internacional, las caras de agradecimiento de los peregrinos. Elevaré mi mirada
a lo Alto sin mancharme los pies. No es lo mismo, no lo es. Y ya que no es lo mismo, al
menos animo a quien pueda leer esto a que dedique una oración por los peregrinos
y por quienes les acogen.
Lucerna pedibus meis verbum tuum et lumen semitis meis...
¡Buen Camino, hermanos!
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