No deja de impresionarme la cantidad de gente unida entorno a
Cristo. Parece como si el pueblo de Dios se multiplicara. Son muchos los que ya se
han ido de vacaciones y, a pesar de todo, el gentío de hoy en la Parroquia
Santuario del Perpetuo Socorro de Madrid para celebrar el Domingo de Ramos ha
sido impresionante. #JuntosSomosMas
Comenzamos la Semana Santa con el toque alegre, campechano, que combina con maestría la sencillez con la solemnidad, tan netamente
Redentorista. #MarcandoEstilo Lo comenzamos con la alegría de aquellos que saben que caminan
unidos hacia la Pascua.
Reconozco que yo vivo mi fe en una Comunidad singular –como tantos
otros lugares diseminados por el mundo- multigeneracional, abierta, sencilla.
Una Comunidad que no pregunta, acoge en el Corazón del Redentor con los brazos
de María. Acompaña, ayuda, sostiene… En Familia. Multigeneracional en los
feligreses y en los religiosos. Llegar a PS, llegar a casa y cruzarse con
alguno de los mayores, saludar a los jóvenes y sortear las carreras de alguno
de los niños es todo uno. Y hoy estábamos todos (incluidos Lalo y Gullie, como si no se hubieran ido), con nuestros ramos alzados para
la bendición, como una multitud de borricos deseando llevar a Cristo. Una real
y visible sobreabundancia de Amor.
Nuestro párroco, un curtido misionero de corazón inabarcable, el Padre Nicanor Brasa CSsR, nos tiene ya acostumbrados a salirse de sí mismo en las homilías de las fiestas centrales e importantes. No es simplemente la maestría heredada de su Padre San Alfonso María de Ligorio, es su corazón que gotea a cada palabra, que late en cada frase, que inspira con cada idea. De la de hoy me quedo con estas dos palabras: “silencio y contemplación”. A nadie le sorprenderá ninguna de esas dos palabra pronunciadas por la boca de un hijo del gran maestro de la Oración y autor de las Visitas al Santísimo, pero escucharlas hoy… …en fin, que así es imposible que uno adelgace: gordo de orgullo y con el corazón inflamado (y en él estaban también mis tres niñas que lo celebraban en la Parroquia Redentorista del Alto de Miranda, en Santander).
Celebrar así el Domingo de Ramos, con las palabras de Nicanor
y apuntalado por la fe de tantos, es la mejor manera de comenzar la Semana
Santa; scalando en Familia. Por eso mismo inicio la Semana de Pasión dando
gracias a Dios por ser tan afortunado. Sabiéndome afortunado, sabiéndome amado,
me dispongo a acompañar a María siguiendo a Su Hijo camino de la Cruz y con la mirada puesta en la Pascua.
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