“@PEREZMAURA OJALÁ LO MATEN PRONTO”
No, no me he vuelto loco; al menos no del todo. Las palabras
que aparecen arriba no son mías, son de algún insensato superdemócrata y amante
de la paz y las libertades, como resulta evidente, que ha decidido no guardárselas sino
publicarlas en la red social Twitter. Y a aquel se le suman otros tuits amenazadores.
Hace algún tiempo le tocó a @Xiskya, la Hemana Xiskya
Valladares, o a @PaterAbraham, el sacerdote Abrahám Cruz. No guardé silencio, y
tampoco lo haré ahora. Aún no había conocido personalmente ni a Xiskya ni al
Pater cuando alcé la voz. A @perezmaura, el periodista Ramón Pérez-Maura, no es
que le conozca, es que le quiero, es amigo mío y parte de mi vida y de mi
historia.
Sin embargo no son ya ni el cariño, ni el peso de los años los
que me hacen publicar una nueva entrada en este humilde blog. Es una simple
cuestión de conciencia y de justicia. Así como en su momento no entré a valorar
las convicciones religiosas de Xiskya o de Abrahám, tampoco pretendo hacerlo
con las ideas ni pensamientos de Ramón, porque cada quien es libre de pensar
como quiera, sentir lo que quiera y expresarlo libremente siempre que al
hacerlo no agreda, ni las palabras o actos sean constitutivos de delito.
Los deseos de muerte, las amenazas, los insultos, tienen
siempre un denominador común, y ese no es otro que el perfil de quien los profiere: almas
atormentadas, personalidades insatisfechas, fuerzas de las tinieblas. Otros
calificativos me los ahorro.
Sí, fuerzas de las tinieblas. Y mientras tecleo me viene a la
cabeza la reciente imagen de la paloma atacada por un cuervo y una cigüeña en
la Plaza de San Pedro. Bien expresivo.
Marcos, en el Evangelio de hoy (4, 21-25) nos trae la Palabra
de Jesús. Y a la Luz de esa Palabra yo no voy a esconder el candil. Al
contrario, con él en la mano abrazo a Ramón; con él en la mano, rezo también
por quienes insultan y amenazan, para que dejen iluminar sus tinieblas con la
única Luz verdadera. Ese mismo pasaje nos recuerda que “la medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces”. Pues yo
conozco la de Ramón en primera persona, y es la medida de un hombre bueno.
Iniciaba hoy mi andadura cotidiana en twitter con la Lectura
breve de Laudes: “Que cada uno, con el
don que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, como buenos
administradores de la multiforme gracia de Dios.” Consiga o no reflejarla,
yo elegí ser luz. Pues eso.
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