María,
Toya, Paula, Teresa, Juan Manuel, Ana, Juan, Nachón, Pilar, Anuca, Nachito,
Jorge, Emilia, Enrique, Eduardo, Luisa, Rosario, Nieves, Teresa, Fernando, María,
Ignacio, Almudena, Ana Luisa, Enrique, Marta, Sofía, Javier, Arturo, Lucía, Ana, Iciar, Mª Rosa, Lolita, Angelines, Carmen, Ciano, Dorita, Otelia, Cora…
Jorge, Olegario,
Víctor, Nicanor, Pedro, José Luis, Antonio, Octavio, Juan Antonio, Marciano, Michael, Rafa,
Manolo, Esteban, Benigno, Fabriciano, Francis, Juan Bautista, Enrique, Víctor,
Francisco, Lauri, Miguel, Carlos, Damián, José Luis, Antonio M, Leopoldo,
Manuel, Bryan, Tomás, Paul, Klemens… CSsR.
Maximiliano,
Julián, Miguel, Laurentino, Manuel, Rafael, Ramiro, Eusebio, Urbano, Javier,
Fabián… SchP.
Sor
Jacinta, Sor Teresa y Sor Lourdes, Siervas de María.
Gonzalo,
Ramón, Ana, Pablo, Pilar, Belén Íñigo, Simón, Rocío, Magdalena, Borja, Manolo,
Javier, Miguel, Joaquín, Gonzalo, Pepito, Nacho, Suyapa, Antonio, María, Rocío,
Juanjo, Miguel, Maira, Curro, Flavia, Joaquín, Ale, David, Oita, Jorge, Carla,
Ana, Julio, Elisa, María, Pepe, José Mari, Bea, José María, Marga, Keka, Alonso,
Elías, Douglas, Almudena, Rafis, Gabi, Max, Beth, Horacio, Asun, José Luis…
Bárbara,
Mariel, Lolita, Betty, Carol, Vicente, Ana, José, Antonio, Rafa, Pili, Antonio,
Inma, Daniel, Mónica, Mª José, Enrique, Maribel, Javier, Marina, Luis, Faus, Álvaro,
Pilar, Javi, Antonio, Manuela, Tito, Gonzalo, Lalo, Guille, Cris, Laura, Íñigo,
Marcelo, Braulio, Joséfer, Santi, Esther, Marta, Patxi, Julián, Dani, Xiskya, Nando, Juan, Jesús, Dori,
Fer, Sergio, María, Pepa, Irene, Xoan, Moncho, Enrique, Mane, Susana, Pedro, Elena,
José María, Néstor, Joan, Tille, Pifa, Lita, Tinín, Tilde, Lalo, Jaime…
Son
solamente algunos de los nombres que han contribuido a alguna sonrisa, a algún
frunce de ceño, a cogerme de su mano, a suavizar el golpe o a evitarlo, a
alguna carcajada o a alguna lágrima, a equilibrar los ánimos o a exasperarlos; Son solamente algunos de los nombres que están
o han estado en mi vida. En alguno de esos nombres el Señor es presencia
permanente, en otros visita inesperada. En directo, con palabras, desde la
distancia, con gestos, con un tuit abierto o privado, o una simple mirada. Lo
que me impresiona es cuántos nombres están grabados en las diminutas palmas de
las manos de quien nos acaba de nacer. Me impresiona y me sobrecoge que esté el
mío. Me anonada saber que llegó el momento en que dos clavos los bañaron de
sangre.
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