Terminó agosto. Sólo en casa tras la Eucaristía de siete de
la tarde. Entrar en PS, saludar al Santísimo, a María, a Alfonso dar gracias
por un magnífico mes de agosto y presentarles y pedir por el nuevo curso que
comienza, por los nuevos proyectos, por quien se va, por quien se queda. Esa
inexplicable sensación de Paz, de hogar. Paseito por el barrio, saludos,
abrazos y besos. Tiempo de cambios.
Dios con nosotros. Y nosotros con Él. Creo que así es como
mejor puedo definir éstas vacaciones. Sanas, en Familia, con Él. Familia,
peregrinos, Amigos, montaña, playa, sol, lluvia. Aquellos con quienes he ido
compartiendo físicamente cada día y a quienes siempre llevo en el corazón.
Compartiendo. Amando. El transcurrir del tiempo con la meta clara.
Ver disfrutar a mis hijas que crecen felices y a zancadas de
gigante, a mi mujer; disfrutar con ellas. La sonrisa pintada de nostalgia de mi
madre. Orar a pleno sol en la playa, al anochecer en la montaña.
Esta noche simplemente toca dar gracias y poner en manos del Señor el curso que comienza. Y Dios con nosotros. Scalando en Familia, sin más.
“Si los cinco sentidos
Buscan el sueño,
Que la fe tenga el suyo
Vivo y despierto.”
(Del Himno de Vísperas)
Querido Hermano en Cristo,
ResponderEliminarQue Dios Padre,Hijo y Espiritu Santo te sigan llenando de su luz, de su amor, y colmen de bendiciones, paz y amor a tu hermosa familia.
Oro al Todo Podersos que me permita sentir esa misma Espiritualidad que tu tienes.
De Mexico, tu hermana en Cristo, Veronica