Me acabo de dar cuenta de que he recibido últimamente tanto
tweets como mensajes directos en el blog (que no he publicado) excesivamente
laudatorios. Obviamente el 100% de esos mensajes es de almas buenas que no me
conocen en persona, porque si lo hicieran se lo pensarían dos veces antes de
escribir. Los agradezco, los agradezco de corazón porque me animan a continuar.
Los leo y pienso que esto no será malo del todo.
Pero voy a ser honesto. A ver, que eso trato de serlo siempre;
todo lo que tecleo es impulso de una necesidad, y palabras completamente
sinceras (a veces demasiado). Soy lo que escribo, pero no soy solamente eso.
Soy un pobre hombre lleno de magulladuras de caerse y
levantarse, y volver a caerse y levantarse de nuevo. Magulladuras que duelen de
verdad, porque muchas de las caídas me parecen incomprensibles por absurdas;
como quien tropieza con una piel de plátano… ¡cómo no la habré visto! Y cómo no
verla cuando está siempre en el mismo lugar y es la misma piel del mismo plátano caída tras caída. Magulladuras que duelen porque
pueden tener un efecto en cadena: le duelen a Dios, me duelen a mí y duelen a
otros (o ya ni les duele). Muchos aspectos parece como si no mejoraran nunca,
como si no fuera capaz de cambiar. Y no podré yo hasta que no deje que sea Él
quien pueda. A veces creo que sólo crezco porque cada vez me duele más caer.
Porque cada vez me duele más caer. Pero sigo levantándome.
Avergonzado de ser un pobre hombre torpe, que ama y hiere aunque no quiera
hacerlo. Un pobre torpe lleno de moratones. Pero me levanto con la confianza
puesta en un acto de Amor: la Cruz. Con la victoria de la Redención, de la Resurrección.
Porque sé que el perdón es un regalo para todos, también para mí. Me avergüenza caer aunque sean nimiedades, pero no me avergüenza pedirle perdón al Señor ni a quien he decepcionado.
Sí, esa puede ser mi ventaja, la confianza absoluta de que en
Él está la Redención Copiosa. Pero que no se engañe nadie, me decepciono y
decepciono también a la gente que tengo a mi lado. Torpe, impaciente y también
cargado de preguntas. Prejuzgo aunque no deba hacerlo; acertar o equivocarse es lo de menos, lo erróneo es juzgar. Con mis miedos y mis inseguridades. Me entrego pero lo hago o poco, o torpemente, y cuando amo o no es lo suficiente o no de la manera adecuada. Otras veces, las menos, acierto y camino firme. Pero lo intento. Y caído, cuando casi
llego a pensar que se me ha escapado entre los dedos, y soy yo el que se
suelta, siempre está El; en ocasiones Él y la mano de un hermano.
Hoy alguien me ha enviado un tweet en abierto que yo
agradezco, pero con total sinceridad he tenido que contestar que, tras
conocerme, vendría la decepción.
Imagino que como todo el mundo. Peor que muchos y mejor que
nadie. Pero sigo levantándome. Me levanto y continúo. Y busco un par de manos
sobre mi cabeza.
La primera frase de la Primera Lectura de hoy, “A los que se arrepienten Dios los deja
volver y reanima a los que pierden la paciencia”, me hace ver que cuando
caigo scalar es levantarse y buscar esas dos manos, el perdón.
Que nunca deje de querer levantarme, Señor.
"Peor que muchos, mejor que nadie." No conocía la frase Entique y
ResponderEliminarme ha llegado. Ultimamente la humildad es algo que me llama especialmente la atención, quizas porque nunca se tiene suficiente.
Alguien en algun momento erroneamente pensó que cuando uno crece deja de cometer errores porque aprende lecciones. Y cometimos el error de pensar que tenían razón y que cada vez que caiamos demostrabamos al entorno que esa leccion no la habiamos aprendido, en lugar de demostrar al resto que teniamos una oportunidad nueva para aprender.
Habra que darle vueltas al asunto y cambiar el cristal cuando nos veamos en el suelo.
Muchas veces lo peor de verte en el suelo no es estár ahí, porque la diferencia la marca la fe, el perdón; duele, pero estás dichoso por ese perdón. A veces lo peor es la decepción causada, aunque sea de manera indirecta, porque la reparación puede acabar siendo dificil, que el infinitamente paciente sólo es Él.
EliminarEstimado Scalando: Considero que lo bueno que tienen tus post es que cuentas tus días o situaciones de una forma tan sencilla y real que nos sentimos identificados con ellas y/o contigo y, lo que también es importante, de la "lección" que siempre sacas o apuntas.
ResponderEliminarYo,"seguiré siguiéndote" mientras sigas publicando. Un fuerte abrazo.
Somos humanos pero lo mas bello es reconocer eso .. usted lo hace ... yo he aprendido amar a mis hermanos y creo que ellos tambien con mis debilidades,defectos en cristo...en la iglesía...en comunidad se logra..me encanta es real y divino a la vez.
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