El de hoy es una fiesta preciosa y la verdad, teniendo un blog
que se llama scalandoenfamilia, no podía dejar de escribir. Con más motivo tras haber renovado los votos esta mañana en la misa de las familias en la Parroquia Redentorista de Santander.
La familia es mucho más que aquello que aparece en un
registro civil (de donde, por cierto, han desaparecido las palabras padre y
madre para sustituirlas por progenitor A y progenitor B). Cambios que no son
solamente producto de los tiempos, sino que implican, además de un destrozo
etimológico, una intencionalidad clara; de hecho mucho de los tiempos actuales
no es más que consecuencia medida de una idea llevada a la práctica, no un
devenir natural de la sociedad. Un padre o una madre son mucho más que un
progenitor, ahí tenemos a San José.
Por mucho que los modelos de familia que tengamos en la
actualidad sean variados, por muy variopintos que sean aquellos que se
pretendan crear, el ejemplo de Nazaret es insustituible. Los afectos, la
entrega, la gratuidad, el don de la vida y Cristo como centro. Y entiendo aquí
el don de la vida al mismo nivel en los casos en los que ésta se gesta
biológicamente en su núcleo, y aquellos en los que la maternidad o la
paternidad se encuentran y expresan haciendo suyos a tanto niño necesitado de padres.
La familia estructura la sociedad, la nutre y la sustenta. Sólo
por eso creo que ha de ser defendida más allá de ideologías y credos. Pero no
por eso hemos de dejar de reconocer ciertas realidades existentes que tratan de
compararse con el modelo tradicional e ideal de familia. No hablo de alentar
esas vías paralelas, pero de lo que sí que hablo es de tratar de exportar lo
fundamental de la Familia de Nazaret a esas otras realidades, y lo fundamental
es Cristo, el Amor. Hablo de misericordia, de comprensión, de acogida, de Amor.
Por muchos que sean los ataques –ninguno espontáneo ni
gratuito- no creo que nadie acabe con la familia. Ésta sólo podrá ser destruida
desde adentro, y sólo lo será cuando de ella se saque a Dios.
Hablo de una célula social que no tiene otro sentido que el
Amor, del que nace y al que tiende. No me refiero ni a pasiones ni a
atracciones pasajeras, que no son malas ni buenas en sí mismas, pero que ni son
un matrimonio ni fundamento para la creación de nada. Cada uno de sus miembros es valorado por lo que es, hijo de Dios. Me refiero a esa Roca
firme.
El ejemplo vivo y real de Nazaret molesta a quienes ven a un
padre, una madre y un hijo como modelo, esto es, un hombre, una mujer y un
hijo. Porque no quieren ver ni a Dios, ni a la aceptación sin reservas de la
voluntad de Dios; no quieren ver al Amor, que es quien sustenta y plenifica la
familia. No todas son perfectas, no todas son modélicas y puede que no lo sean
porque se cierran puertas y ventanas para impedir que Él entre a regir sus
destinos. En un día como este toma de nuevo pleno sentido la lectura del libro de
Tobías que tan intencionadamente elegí el día de nuestra boda: “…sino solamente
para fundar una familia en la que se bendiga tu nombre por siempre”. Y el Señor
fue generoso y nos lo concedió.
Y ya juntos, como familia, encontramos otra donde ya se
bendecía Su nombre y que nos acogió como acoge una madre; en ella vamos
Scalando en Familia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario