Las lecturas de este tiempo de Adviento son una maravilla,
como maravilla es lo que viene, Aquel a quien esperamos. No paro de leer
entradas en blogs bastante más que edificantes. Pero yo hoy no puedo evitar
sentirme casi como Pedro, Santiago y Juan en Getsemaní sorprendidos dormidos
por dos veces. Es algo personal e íntimo que sólo a mí me atañe. Y ahí está.
Uno cree que emprende bien el camino, que va soltando lastre,
y se siente contento porque va abriendo hueco en el corazón para que sólo lo
llene la sonrisa de un Bebé, la Luz de un Bebé. Cree incluso haberlo iniciado
de la mejor manera que podía, hasta que zaca bum, un chasquido interior te
despierta. ¡Estaba dormido! Dormido quizás simplemente por no ver, por pensar
en mí mismo, por no medir las consecuencias de mis actos; creyendo ver,
creyendo no pensar en mí, creyendo ser mesurado.
Esto no me afecta más que a mí, no va dirigido a nadie, pero
ya que he tomado el hábito de teclear y publicar, y he perdido el pudor en hacerlo, simplemente
lo cuento. Cómo se sintieron Pedro, Santiago y Juan al dejar sólo al Redentor
lo desconozco; sé cómo me siento yo, y estoy deseando que llegue el viernes
para acercarme a PS a las 19h. Puede que entonces cese ese punzón, y se atempere el pequeño ataque de psoriasis que
empezó hace algunos días y hoy ha florecido con verdaderas ganas (hacía
muchísimo tiempo que no tenía un brote, pero hay veces en las que el cuerpo
responde a su manera).
Pero ahí está la fe que es la que te levanta, empuja y mueve.
Y ahí voy, retomando el camino de Adviento. Sin timidez, con decisión y con lo
único importante, con fe. Pondré de mi parte todo lo que tenga que poner y el
resto lo hará un Redentor entre pañales. Mantengo firme la esperanza en llegar
sonriente y con el corazón como una esponja para dejarse empapar por el Amor
del Niño.
Caminando, scalando en Familia; sé que scalando en Familia.
Con los ojos bien abiertos y los cristales de las gafas bien limpios para no
tropezar. Aún estoy a tiempo.
Todos estamos a tiempo así que ¡ANIMAOS! Animaos los decaídos,
despertad los dormidos. Aún estamos a tiempo.
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