He decidido intentar un cambio, pasar de sentirme
anonadado y sobrecogido a ni siquiera plantearme un por qué, y dejarme hacer y
llevar. Ayer por la tarde tuvimos un #iEncuentro de #iMisión, y no paraba de
preguntarme qué hacía yo entre tanta gente tan buena, tan preparada, tan de
Dios; qué podría aportar. No voy a fijarme tanto en mi nada, en mis
debilidades. Creo que me limitaré a tener más confianza en que lo que yo no
pueda Él lo suplirá.
El entorno ya era espectacular, y para mí de una emoción
especial, ni más ni menos que el colegio de los Padres Escolapios en Getafe,
que este 2012 celebra sus 275 años de existencia. Para mí, antiguo alumno de
los Escolapios de Santander, ver a Calasanz por todas partes me hacía sentirme
seguro y en casa; claro, que también ayudaba a eso la espontaneidad y simpatía
desbordante del anfitrión, el P José Fernando Juan Santos SchP (un activo de
especial relevancia para su Orden y para la Iglesia), y la estupenda
organización de Susana Hortigosa.
Comenzaron las presentaciones, y aunque yo me sentía muy, muy
pequeñito (además de por cuestiones obvias), lo importante es que allí estaba.
Un par de –como ellas se definen- conversas, militantes de Acción Católica,
algún laico, un miembro de OFS, de Obra de la Iglesia, dos sacerdotes
diocesanos, un Jesuita, dos Escolapios – uno sacerdote y otro laico de la
Fraternidad de Betania- un director de cine y yo. Cuando empezó Santi lo
primero que pensé fue “anda San Alfonso, ilumíname porque a ver qué cuento yo
de mí mismo”; en fin. Pero todo surgió de manera natural, y no fui más que eso,
yo mismo. El ritmo fue de una Comunión tan natural, tan familiar, que creo que
eso mismo es lo que debemos hacer, #iMisionar de manera natural. Fue algo así
como la #iIglesia poniendo cara a unos poquitos de sus miembros.
Y salí encantado, con ganas, con ilusión.
Esta mañana, cuando en PS limpiábamos y engalanábamos el
templo para que estuviera adecuadamente preparado para celebrar el Nacimiento
del Niño Dios en la Misa del Gallo, se lo contaba al P Ambel CSsR tratando de
ser mesurado, que él sabe bien de mis entusiasmos.
El caso es que, tras el camino de Adviento, creo que me
encuentro con el corazón lo suficientemente calentito para acoger al Niño y un
año más, tomado de su mano, continuar Scalando en Familia; también con
#iMisión.
Gracias Enrique por tu estupenda crónica.
ResponderEliminarGracias Antonio y ¡Feliz Navidad!
ResponderEliminarA mí me pasó igual, Enrique. Cuando acabó el encuentro, con tanta gente tan grande, con vuestras trayectorias, vuestra experiencia, vuestros conocimientos... Todos con mucho que decir y que aportar, todos haciendo algo útil. Lo único que pensaba es "Y yo aquí ¿qué pinto? Uno que hace radio, otra que hace vídeos, otro que hace películas, otro que investiga no sé qué.. Y yo, ¿qué tengo? ¡Un blog con mis tontadas!"
ResponderEliminarPero como bien dices, el de arriba sabrá por qué nos pone donde nos pone, y si hay que hacer algo, nos capacitará. Y si no, pues serviremos las sidras, que también es necesario ;)
Ehhhhh, tu te tienes a tí y a Dios en tí y eso es como mostrárselo a los demás. Pero ¿quémas se puede pedir?!!!!
EliminarY además lo de las sidrinas es todo un puntazo.
¡Feliz Navidad!
¡Muy feliz Navidad!
ResponderEliminar