Acabo de empezar a leer el número de septiembre de la revista
ICONO, y confieso que me he atorado en el editorial. La verdad es que no sé si
el verbo “atorarse” es el más adecuado, porque atorarse es obstruir, atascar y
por ende lo atascado acaba corrompiéndose. Si le doy una vuelta de tuerca a
esto de “leer”, y me pongo en situación de querer entenderlo como una
conversación con quien escribe –aunque al autor no le lleguen mis comentarios-
entonces sí que me he atorado porque me he sentido turbado por las palabras del
director de la revista, el P Francisco Caballero CSsR. Y sí, si que definitivamente
puedo considerarlo una conversación, porque el P Caballero nos hace preguntas,
a las que yo me respondo.
El autor, con una brevedad y claridad indiscutibles, partiendo
de la realidad de los datos presentadas por los medios, creo que realiza el
análisis más centrado, ecuánime, pausado y sensato que he leído en los últimos
tiempos sobre esa realidad en lo que se refiere al papel activo y real de la
Iglesia, de “la comunidad cristiana”. Más allá de la interpelación directa
sobre cuál es nuestra actitud ante la realidad directa del hambre en nuestro
país, hay un par de frases en el último párrafo que me parecen simple y
llanamente magistrales por su sencillez y profundidad (por otra parte, nada
raro, teniendo en cuenta que son de un Misionero Redentorista). ¿Qué cuáles
son? Bueno, creo que para eso nada mejor que acercarse a cualquier parroquia
Redentorista y hacerse con el número de este mes de la revista, porque de
verdad que merece la pena aunque solo sea por el Editorial.
Pero es que además nos encontramos con unos mucho más que
interesantes artículos de varios Redentoristas, temas de actualidad, reflexión
y para el crecimiento. Es un número denso por todo lo que nos ofrece, no para
leerlo de un tirón. Necesita de tiempo y pausa. Tras la lectura de cada
artículo uno no puede sino pararse a reflexionar sobre él; a pensar. De ellos
quiero destacar la carta enviada desde Honduras por el P Manuel Cabello CSsR
relatando la experiencia misionera del CESPLAM (Centro de estudios y
planificación misionera de la Congregación del Santísimo Redentor, Provincia de
Madrid); obviamente es el contenido de la carta, la actividad misionera, lo que
es destacable. No cuento nada, sólo animo a leerla.
Y no he hecho más que empezar a leer. Pero antes de continuar
creo que voy a regresar al Editorial, a ver si soy capaz de responder con sinceridad a lo que me pregunta el P
Caballero “¿Qué estoy haciendo por esta realidad? ¿En qué ha cambiado mi estilo
de vida?”.
¡No podéis no leer ICONO!
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