Tras una semana agotadora se me avecina una aún más. Pero no
me importa. La he iniciado hoy domingo de la mejor manera, ayudando al P
González Terrón CSsR en misa de 11 en PS. Qué recuerdos escolares de mis
Escolapios de Santander como monaguillo. He echado de menos, es cierto, a dos personas muy especiales
durante la celebración; pero ha sido un echar de menos caldeado por una alegría
inmensa. Simplemente conocerlos es un gozo, quererlos un regalo y aprender de
su entrega casi un misterio. Dos hombres jóvenes de un corazón infinito.
A sus madres, más que a ellos, las tendré presentes a lo
largo de ésta semana, y por los cuatro ofreceré los trabajos, cansancios,
alegrías y sinsabores que vayan sobreviniendo durante estos siete días. Con la
normalidad de lo cotidiano, en lo extraordinario de su desprendimiento y por su
comprensión y generosidad. Sus hijos, como tantos, iniciarán una nueva etapa
fuera de sus hogares. Muchos a esa edad salen de casa para formarse, empiezan
una nueva vida, y lo cierto es que regresar puede que no lo hagan: trabajo,
matrimonio… Estos dos, como miles de jóvenes, comenzarán la etapa inicial de su
camino, lo que los diferencia es que “su” camino no es otro que el de Cristo;
ir dejándose ser en Cristo para los demás, llevando la Buena Noticia a los más
necesitados de auxilios, el anuncio de la Redención Copiosa.
No imagino los sentimientos que albergarán ahora estas dos
madres, desde la realidad de verse tocadas en sus hijos; elegidas para traer al
mundo a dos llamados. A una sólo la he visto en dos ocasiones, a otra la conozco,
la quiero y admiro su fortaleza, su inteligencia, su fe y su sentido del humor.
Lo único que puedo hacer, lo haré: acompañarlas esta semana con mi oración, y
afrontándola con una sonrisa venga lo que venga.
Una sencilla y humilde manera de ir Scalando en Familia.
Esto es entender lo que significa amar.Gracias
ResponderEliminarGracias Angelo, pero lo que realmente significa Amar es el SÍ de esos chicos.
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