Ayer estuvimos en la imponente iglesia del San Cristóbal, en
Comillas. Un enorme templo del siglo XVIII abarrotado de fieles. No caímos allí
por casualidad. Un grupo de veraneantes viene organizando cada jueves la
adoración ante el Santísimo. Que alguien de vacaciones se dedique a algo así es
bastante más que significativo y digno de aplauso, más en un verano como el
actual en la provincia de Cantabria, con altísimas temperaturas, sol radiante a
diario y sin agua (algo a lo que, francamente, no estamos acostumbrados por
aquí). Hay personas que no entienden sus vacaciones como un “desconectar” de
todo, “móvil off”, ni paréntesis en sus vidas, sino que son eso, vacaciones;
con todo el contacto real con todo.
Yo no entiendo este período ni como un evadirse, ni
escabullirse, ni recargar no sé muy bien el qué, ni un paréntesis en la vida; nunca
lo he hecho y no me gustan nada los compartimentos estancos. A veces parece que
la gente tuviera la necesidad de huir de algo. Pero bueno, cada uno es como es.
Lo cierto es que ayer por la tarde me quedé impresionado de
la cantidad de veraneantes de todas las edades (muchísimos jóvenes) entorno a
Jesús Eucaristía. A mí me convocó en la playa una mujer especial, de una
sensibilidad especial, y una simpatía especial: Dominica Martínez-Cubells. Lo
que no sabía es que también su voz es especial. Sentados ante el Señor,
comienzo a escuchar los acordes de la guitarra y una voz prodigiosa (por cierto,
espectacular la acústica de la iglesia); miro a mi derecha y quien tocaba la
guitarra y cantaba con un gusto fuera de lo común el Pange Lingua era la propia
Dominica. No daba crédito.
Gracias Dominica por animarme a ir a la Oración de Comillas,
sobre todo por mostrarme la realidad que muchas veces no vemos, menos aún en
vacaciones, de que no estamos solos, de que hay una multitud de jóvenes como
los que yo conozco también en vacaciones; somos muchos, muchísimos. Y que
seamos muchísimos más depende de cada uno de nosotros; mostrar al mundo la
alegría de la fe depende da cada uno de nosotros, es una obligación para cada
uno de nosotros, es un impulso gozoso para cada uno de nosotros. Es una
necesidad para mi.
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