Ya es miércoles, y por la tarde me iré a Santander, dejando el hogar ocupado y a buen recaudo. Quedará en
Madrid el ordenador, lo que me permitirá así centrarme en estos días y encontrar un
poco más de silencio; no porque aporree – que lo hago- las teclas produciendo
mucho ruido, sino con la intención de desconectar para conectar.
Pasaré estos días en familia, en casa de mis padres, como
cada Semana Santa de mis 45 años. Con toda la familia; ahora con casi toda la
familia, porque mis padres hace ya tiempo que también están en su casa estas
fechas. Sí, pero preparado para llevar un corazón dispuesto a atomizarse: una
parte quedará en PS, otras se esparcirán por Navares de las Cuevas, Sanlúcar de
Barrameda y Jayena, algún pedacito llegará a un colegio de Getafe, a Don Benito, otro cruzará
el charco hasta Guatemala y Perú y el resto casi entero a un Albergue de
Madrid. Y aunque no se note que esos minúsculos trocitos andan por ahí, no
importa, porque todos ellos estarán conmigo.
Además me voy dispuesto a que mi saco de recuerdos se quede
aquí, que los conserve hasta la vuelta el disco duro del PC; no quiero tener
ninguno, solamente las realidades del presente y para el futuro. El Calvario en
el calvario de personas de carne y hueso de hoy, de ahora mismo; la corona de
espinas de tanta gente que sufre de manera injusta; parados; supervivientes; alguna madre viuda
preocupada por sus hijos; amigos que no creen; chicos que dudan; personas sin
consuelo; un granadino con alma sevillana; algún enfermo abrasado por un dolor no sólo físico; un profesor
desvivido por sus alumnos; el futuro de mis sobrinos; un amigo al que adoramos;
un tontorrón impenitente; la inocencia de mis hijas; la entereza de mi madre; el
aguante de mi mujer. Son personas reales, con preocupaciones cotidianas, en situaciones
concretas y del presente vivo a quienes llevar conmigo a los pies de la Cruz
para que a todos nos riegue el Agua de Vida del costado abierto del Redentor. Y
el Domingo, aunque no estemos juntos, gritar con ellos la alegría inagotable de
la Resurrección.
Simplemente quiero agradecerte que compartas tus vivencias conmigo en este lugar que parece tan impersonal, pero donde personalmente y muchas veces me identifico contigo, en el Señor.
ResponderEliminarGracias Mónica por leer el Blog y compartirlo. Unidos en el Redentor. ¡Feliz Pascua!
Eliminar