Definición de homilía según la Real Academia Española: razonamiento
o plática que se hace para explicar al pueblo las materias de religión. Según
la acepción latina homilein vendría a
ser una plática familiar, igual que la ομιλια griega. Joan
Corominas, en su diccionario etimológico, introduce otro término “reunión o
conversación familiar ”.
Con una condensación de todo lo anterior me he
encontrado hoy en la misa de 9 en el Santuario del Perpetuo Socorro de Madrid.
Cuando uno escucha la Palabra, se predispone a impregnarse de su sentido último
si bien es en la homilía donde se nos explica el Evangelio y las Lecturas del
día. La del domingo es especialmente importante porque me centra, me sirve de
recapitulación y de puesta a punto para la semana.
Cuando conozco a quien predica los sentidos se
me acentúan, y cuando además de conocerle le quiero, quizás peque de preparar
el ánimo hacia una acogida sin reparos lo que dificulta la objetividad. Pues
esto último me ha ocurrido esta tarde, redoblado el interés porque era la
primera vez que escuchaba un sermón suyo. También es cierto que uno de mis
mayores defectos es ser excesivamente crítico con la gente que quiero, no como
generador de reproche, si no al contrario, como faro de puntos de mejora, con
lo que, sinceramente, puedo balancear afecto y crítica para obtener un juicio
neutral. Resumiendo, que he salido de misa con la carne de gallina, los pelos
como escarpias, el corazón encendido y el pecho bombeando a toda potencia.
No voy a dar el nombre del individuo en
cuestión, porque quizás pueda sentirse herido en su humildad, aunque ganas me
entran de hacerlo. Lleva el de un “leproso voluntario” seguido del de Santa
María. En breve hará su Profesión Perpetua en la Congregación del Santísimo
Redentor y será ordenado diácono. Personalmente ya conocía lo que se revela
como una sensibilidad fuera de lo común y una profundidad común a su
Congregación. La visión que nos ha dado de las Lecturas y el Evangelio de hoy
ha tenido para mí bastantes aspectos nuevos y enriquecedores que me hacen
consciente de lo necesario de una constante nueva visión. El cariño inicial con
que le escuchaba fue mutando sin darme cuenta a la docilidad de una oveja ante
su pastor, y al empequeñecerse mi propia suficiencia iba dejando hueco a sus
palabras. Ha sido algo grande.
Ahora, tranquilamente en mi casa, no puedo
dejar de saborear una agradabilísima sensación de orgullo. Y le doy gracias a
Dios por lo sabio de sus llamados, y porque este futuro sacerdote vaya a
alargar el número de los hijos de San Alfonso.
Hace poco me han venido a decir que en mi blog
alabo casi demasiado tanto a los Redentoristas como a la comunidad parroquial
de PS. Pues la verdad, visto lo visto y viviendo lo que vivo, llego a la
conclusión de que me quedo corto. Sí, muy corto.
¿No lo notáis?, en la Primera Lectura; ¿no lo
notáis?, nos preguntaba el protagonista de estos comentarios. Y yo iba pensando:
¿no lo notáis?, estamos ante alguien tocado por el dedo de Dios.
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