Scala News

sábado, 25 de febrero de 2012

Confirmandos en PS


Qué lujazo de tarde Señor, entre qué lujazo de gente y en qué lujazo de Santuario. Sí, sé que soy un tanto apasionado, pero lo soy con eso, con lo que me apasiona, con lo que quiero, para lo bueno y para lo malo, y como lo siento lo cuento; como lo vivo.

Esta tarde, a las 21h en la Parroquia del Perpetuo Socorro de Madrid, mi mujer y yo hemos tenido la suerte de asistir a una vigilia de oración para acompañar a unos jóvenes valientes. Unos chicos que, tal y como está el patio, han tenido el valor de dar un SÍ abierto y consciente a Cristo: el sábado 25 de febrero recibirán el Sacramento de la Confirmación. Enhorabuena muchachos y GRACIAS.

No he podido evitar acordarme de mi propia Confirmación, y eso me ha hecho darme cuenta de que los tiempos no son los mismos, con lo que el valor del sí no es igual; el suyo es mucho más significativo. Además hay una diferencia importante: yo me confirmé junto a un grupo de amigos de toda la vida y que, gracias a Dios, continúan siéndolo hoy, pero no lo hicimos en una Comunidad como esta. Me hubiera gustado coger el micro, casi estuve a punto de hacerlo, pero creí que no debía, porque yo ahí era el último en llegar por mucho que sienta que llevo en PS los 280 años que la Congregación del Santísimo Redentor cumplirá este año. Los propios confirmandos llevan más tiempo que yo, y estábamos rodeados de Redentoristas –laicos y religiosos- cómo iba a decirles nada si yo no soy más que un corazón que late en aquel lugar. Pero les habría simplemente comentado que valoren precisamente eso, la comunidad en la que están que es una Familia con mayúsculas; no se confirmarán en un sitio más, ni se han preparado de cualquier forma. Lo han hecho en una Familia que arropa, sostiene y acoge de tal forma que no se puede explicar; hay que vivirlo. En los buenos tiempos todo es fácil, pero es que en los malos te intuyen y alientan (Vicente, yo sé bien eso: gracias). Con lo bueno y con lo menos bueno, pero que lo valoren, que no lo olviden, que lo mimen. Como en toda familia habrá momentos buenos y menos buenos, de manera individual se podrá tener un día más o menos acertado como cualquier persona en cualquier familia, pero al final siempre te encuentras lo mismo en cada uno de sus miembros: el calor de un abrazo Redentor, una entrega sin límites. Ese es un valor que deben cuidar, atesorar, compartir y transmitir. Se lo vino a expresar así el inmenso Antonio Yriraz, otro joven ejemplar. La diferencia, el estilo, lo marca de manera indiscutible Alfonso María de Ligorio día a día, porque al Santo Fundador de esta Congregación le podemos encontrar en cada Redentorista con el que entremos en contacto.

Ha sido eso, una vigilia familiar, dirigida por el P Ambel, del que no voy a decir nada porque hay veces en las que para quedarse corto es mejor callarse; rodeados de gente querida y admirada, con una persona sentada a nuestro lado que es ya bastante más que especial para nosotros; mucho más que simplemente especial para nosotros cuatro.

Y nosotros, que no somos más que unos corazones entregados, ahí estábamos, latiendo con ellos como si tal cosa.

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