Un simple roscón, como un pedazo de pan, hemos compartido esta tarde en casa. Y lo hemos hecho en familia. Éramos más de los que estábamos físicamente, bien porque en la conversación surgieron nombres comunes, bien porque además de mencionarle, un innombrable estaba en mi memoria y en la de mi mujer y mis hijas. “¿Papi, viene el innombrable?”, me preguntó la mayor, entristecida cuando le dije que no, como se entristeció por no ver ni a Cris ni “a la que canta”.
Todos a la mesa preparada con normalidad pero de la mejor manera posible, para ofrecer lo mejor a los mejores; desde los cuatro a los cuarenta y nueve años. No sé los demás, pero yo estaba feliz de poder compartir este último día antes del tiempo ordinario, con mi mujer, mis hijas, un hombre superior, un cantaor que lo hace con la mirada, un grande de España al que sencillamente adoramos, un excepcional extremeño, el del biberón y todo un “marqués”.
Una merienda familiar para recibir el año y despedir un tiempo fuerte como la Navidad. Hace tiempo escuché a un actor, Eduardo Verástegui, que las amistades son como los ascensores, o te elevan o te llevan al subsuelo. Pues todos ellos pueden hacerte tocar casi el cielo, y más cuando lo compartes junto a tus hijas en la misma mesa. Que las niñas convivan junto a los mayores me parece fundamental para su educación, y que lo puedan hacer con semejantes individuos es un lujo para ellas que espero que valoren el día de mañana.
Varios de ellos Redentoristas y, aunque ya están acostumbradas, es una oportunidad más para que vivan que una Comunidad como esta excede a las paredes de un Templo. Que la identificación te lleva a la calle como si estuvieras allí adentro. Quizás sea solamente un símbolo, pero lo suficientemente expresivo.
Y mañana a recoger adornos, Misterio, Belén y a comenzar el nuevo tiempo con la fuerza adquirida durante estos días. Eso sí, reconociendo que los Redentoristas hacen de lo ordinario extraordinario, de lo habitual una aventura maravillosa para la propagación de la Palabra, del día a día una consecución inacabable de oportunidades.
¡Gracias!
No hay comentarios:
Publicar un comentario