Acabo de ver alguna de las fotos para un calendario de una marca de galletas alemana en las que Paz Vega aparece fotografiada utilizando el morbo sensual y la Virgen.
He de reconocer que me molesta profundamente. No puedo evitarlo, y eso que soy cántabro, y conozco no solamente los capiteles románicos con escenas eróticas de la Colegiata de Cervatos, sino los repartidos por el resto de Campoo, Valderredible y casi toda la zona sur de Cantabria. En fin, creo que es una barbaridad por mi parte que se me haya ocurrido equiparar el románico con esas fotos, por muy buena que esté la actriz.
Hay un par de hechos que me parecen de especial mal gusto:
- EL primero, utilizar de semejante forma la imagen o la misma idea de María, la siempre Virgen María, con una tía en cueros, cubierta solamente por una mantilla, haciendo que reza arrodillada dentro de un lugar santo.
- El segundo, que en otra de las fotografías, en las que aparece “disfrazada” de Dolorosa, se utiliza la propia imagen de la patrona de Gerena, la Virgen de la Encarnación.
Me ha molestado y me ha ofendido, pero no me ha escandalizado, que uno ya no se escandaliza casi por nada. Desde luego, de esa individua, no me ha sorprendido lo más mínimo. Y me molesta y me ofende a mí, a título particular e individual, como católico, como devoto de la Madre de Dios; me molesta y ofende especialmente teniendo en cuenta que en breve celebraremos el nacimiento de su Hijo, el Redentor. Sí, Dios, hijo de Dios y Redentor de todos; porque la quieran o no, lo crean o no, les guste o no Copiosa Apud Eum Redemptio, en Él la redención es abundante. Y se ofrece también a esa ciudadana, a los dueños y accionistas de esa marca de dulces, a los fotógrafos, iluminadores, a quienes compren el calendario de marras, incluso a los miembros de la Hermandad del Santísimo Sacramento del Altar y Nuestra Señora de la Encarnación ¡que manda huevos!
De ser cierto lo que aparece en los medios online, lo que veo sin ninguna duda más grave es que alguna de esas fotos se realizara con el consentimiento de la Hermandad. Eso sí que ya no tiene nombre. Nos pongamos como nos pongamos, no tiene nombre. Lo de Paz Vega, y quienes financian y realizan el calendario no es más que cuestión de la libertad personal de cada uno, aunque a veces se ejerza ofendiendo a creencias y personas. Pero, por ser sincero, aún no conociendo en absoluto a esa Hermandad, tampoco me sorprende nada. Y no me sorprende por el discurso erótico-laical que ha calado en la sociedad. La realidad te tumba. La realidad de la banalización del cuerpo y el sexo. La banalización de lo sagrado. La realidad del colegueo no solamente de los fieles, si no de fieles y algunos curas pseudoprogres que, quizás por buenismo, entran al trapo de una manera brutal y descarnada por insensata en el desmadre erótico-sexual, al ritmo del “es que es lo que hay, la juventud hoy es así, la hormona es la hormona, si no pasa nada, e incluso algún ¿virginiqué? que otro”. Y seguro que muchos de los que se meten en ese discurso, en el fondo ni se lo creen. En fin, también para ellos es esa Redención. Pero de esos “polvos”, vienen los lodos que nos arrasan en la actualidad. No hay más. No quiero parecer un puritano impenitente, porque no lo soy. Ni tengo intención de lanzar ninguna piedra. Además uno de mis libros favoritos es “Las prostitutas os precederán en el reino de los cielos”, de José Luis Martín Descalzo. Allá cada cual. Todo lo normal, es normal, y lo que se excede, o bien hace saltar la línea o cortarse los pies sobre el filo de la navaja mojándonos a todos con gotitas de sangre que no son precisamente las derramadas en la Cruz.
Eso sí, hay cosas que permanecen invariables. La primera la Palabra, el Evangelio, el Mensaje de Cristo. Es el que es y no otro. Pero también la juventud, que siempre ha sido igual, y la hormona siempre ha sido la hormona (y no he oído de nadie que llegara a estallar por un pelín de normalidad en su vida). Coño, ni que fuera nuevo.
Bueno, hay otra cosa invariable desde el inicio de los tiempos: siempre hay cretinos dando la nota.
De lo que no me cabe tampoco ninguna duda es de que la menos ofendida es la Virgen. Entristecida puede, pero ofendida ni en broma. Al fin y al cabo es Perpetuo Socorro para todos ellos, para todos nosotros.
De lo que no me cabe tampoco ninguna duda es de que la menos ofendida es la Virgen. Entristecida puede, pero ofendida ni en broma. Al fin y al cabo es Perpetuo Socorro para todos ellos, para todos nosotros.
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